jueves, 3 de diciembre de 2009

La Osteoporosis y el Tabaquismo


Las mujeres fumadoras inician la menopausia a una edad más temprana y su pérdida de hueso es mayor en los primeros años de ésta. Los efectos del tabaco en los huesos de la mujer son devastadores pues el tabaquismo deja una impronta al producir disminución de la masa ósea, por su acción antiestrogénica, debido a que acelera la eliminación de estrógenos e incrementa la eliminación del calcio por orina, lo cual se potencia con la deficiencia de estrógenos.

El tabaco en la mujer deja su impronta en los huesos con la osteoporosis, siendo la respuesta acumulativa. Desde el primer cigarrillo sigue un largo camino pero llegará a la fractura. El esqueleto se forma hasta los 18 - 20 años y el tabaquismo afecta la masa ósea y el crecimiento; las jóvenes que fuman tienen poco aporte de calcio porque toman poca leche y porque la nicotina aumenta la eliminación del calcio por orina. Las consecuencias óseas aparecen alrededor de los sesenta años.

La nicotina tiene efecto antiestrogénico porque acelera la eliminación de los estrógenos y produce menopausia precoz, lo que agregado a la eliminación de calcio, a la afectación de los osteoblastos y a la disminución de la masa ósea, duplica la posibilidad de fracturas en vértebras y la multiplica en cadera. En la mujer fumadora la fractura de cadera tiene una evolución tórpida, con mala formación del callo óseo y más riesgo de morbimortalidad.

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